Descubrí mundos conmigo.

Durante mucho tiempo sentí que algo andaba mal conmigo. Me entusiasmaban mil cosas, pero a los pocos meses quería cambiar de rumbo. Estudiaba un idioma, después me obsesionaba con la organización, luego con los libros, después con la escritura… y así una y otra vez. Me costaba sostener un camino único. Pensé que era inconstante, que no sabía lo que quería.
Hasta que un día descubrí que eso tenía un nombre: multipotencialidad. Y más importante aún: que no estaba rota, solo estaba tratando de encajar en un sistema que premia la especialización extrema.
Aceptar que no tenía que elegir una sola pasión fue liberador. Me permitió dejar de forzarme a encajar, y empezar a crear un espacio donde mis intereses pudieran convivir sin culpa.
Este blog es ese espacio.